Otro año más presto está nuestro corazón para disfrutar, festejar y sentir las fiestas señeras de mi pueblo. Sus antiquísimas Fiestas en honor de la Santa Cruz, que en el tres de mayo tiene ancestralmente una llamada a la diversión y a la alegría.
Hoy además 30 de abril hace tres años que tuve la suerte, el honor y el tremendo orgullo de pregonarlas.
Dejo aquí un pequeño fragmento, el final del mismo, coloreado con el magnífico cartel de Rosario Aparicio.
Cruz
del Viso que me esperas,
un
año más en vigilante alborada,
me
acerco a ti albo para cantar,
la
roja sangre que me llena.
Vengo
visueño, el alma en llamas,
a
cantarte los días que llegan,
cinco
son de la gloria plena,
para
vivir sin que tengan pena.
Absorto
con las fechas queda,
el
feliz deseo de ver como llegas,
la
cadencia de las tardes serán,
más
que una vida en la semana.
Mayo,
lucero de cruces puestas,
fiel
el tres del mes quinto estás,
de
la sal y noche de esta tierra,
que
de flores frescas colorea.
Fértil
es tu vega de inmensidad,
y
de las huertas verde humedad,
que
a mi pueblo en ver rodea,
alto
alcor, inmenso como el mar.
Como
el sol, de hermosa y alta,
Cruz
que la abraza y la restaura,
esperanza
que la vida exalta,
en
los cinco días de gloria pura.
Visueños a por la Santa Cruz, a ponerla guapa, a
disfrutarla, a gozarla, a vivirla, es nuestra, de todos los que habitamos este
hermoso paraje de vega y huertas. Es nuestra Madre Cruz de Mayo, árbol sagrado
y frondoso de cuyo fruto vino la gloria y la resurrección.
¡A vivirla!
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