lunes, 8 de octubre de 2012

Nonagésima Segunda Estación: "Ni virtud, ni término."


En el término medio está la virtud, dice el refrán, pues entonces yo solo tengo defectos, lo contrario a virtud y es que este fin de semana ha sido de lo más extremo. Gracias a Dios que sólo en el ámbito deportivo.

Comenzó mi fin de semana de acción en la tarde del sábado en la localidad de El Saucejo, acompañado de mi amigo López, (que si aprieta se va a hacer un  buen duatleta), y de un grupo de cinco amigos más, (algunos de ellos familiares como mis primos Jesús Benítez “Chendo” y Jesús Bonilla “Lopa”), pertenecientes al que será nuevo club de atletismo “Vasos Largos” que están organizando en mi pueblo de El Viso del Alcor.
Celebrábase la 6ª Carrera Popular de esa localidad serrana que fue, puedo decirlo con rotundidad, la más dura que he realizado hasta el momento, con una calle cuesta arriba interminable que hubo que subirla tres veces debido a que el recorrido se hizo en un circuito de tres vueltas por la localidad de 2,6 km cada una, siendo en subida 1,5 km y el resto en bajada, la elevación según runtastic fue de 134 metros. Pude terminarla con muchísima fatiga en 45 minutos.
La carrera a pesar de que tuvo escasa participación: 110 corredores, estuvo bien organizada y fue bonita, no hubo mucha animación en las calles, pero si bastante donde estaba ubicada la meta, la plaza del Ayuntamiento. Nos dieron una camiseta técnica azul celeste de buena calidad, a cambio de 3 euros por la inscripción.
Se completó mi fin de semana con la subida al “Mogote” en la Sierra de Líjar en la mañana del domingo, festividad de Nuestra Señora del Rosario, 7 de octubre.
Desde que pertenezco al Club BTT LOS OMIOS he pensado en hacer esta actividad y visto lo que me pasó en la subida al Boyar, donde pagué con demasiado tiempo de más por el desconocimiento del recorrido, fue por lo tanto mi intención no volver a pagar novatada en el día del club, es decir el próximo viernes día 12, e ir sabiendo a que me enfrentaba en persona.
Mucho había oído hablar de ésta, para los Omios, “mítica” escalada y nuevamente y a pesar de que todo lo que me habían contado puedo ratificarlo, hasta que no se ve uno en el tajo, no es entendible.
Así fue como preparamos la salida durante la semana pasada un grupo de Omios que nos dimos cita a las 7 y cuarto de la mañana en el parque para partir a la localidad de Coripe. Rigui, Tallo, Mario, Cani y un servidor nos poníamos en marcha para acometer no solo la subida, sino practicar una ruta de algo más de 50 km por la vía verde de la sierra, la de los túneles, que me dejó impresionado por la belleza de ese lugar.
En llegados a la antigua Estación de Coripe, con el aparcamiento para todos nosotros nos preparamos, viendo como empezaban a llegar coches de un club de btt de Osuna que iban a realizar la misma ruta que nosotros.
Ya montados en las bicis sobre las 9 y cuarto de la mañana partíamos con algo de frío en el cuerpo, por la vía verde y llegados la estación de Navalagrulla nos incorporamos a la carretera de La Muela buscando el Mogote. Aquí coincidimos precisamente con componentes del club btt “Navalagrulla” de Olvera, que nos acompañaron hasta poco antes del Mogote.
Nada más entrar en el camino que sale a la izquierda para la mole de piedra, ya se ve la cuesta, la pared, a la que nos enfrentamos. Plato pequeño y piñón grande y para arriba. Rápidamente se despega Mario (intratable), seguido de Tallo, que a sus 52 años está en un estado de forma excepcional.
Yo empiezo a sudar y acompaño a Rigui y a Álvaro “Cani” en las primeras curvas, hasta que me despego algo porque creo que puedo ir más rápido. Se pone menos empinada la cuesta y respiro algo, pero, ¡madre mía lo que ven mis ojos! una rampa, que es la “repanocha” por no decir otro adjetivo, empiezo a subir, con miedo a que se me empine la bici, y bajo el ritmo de la cadencia porque no veo el final de la rampa y con las pulsaciones elevadas solo pienso en poner pie en tierra. Al final entre “terribles sufrimientos” logro terminarla sin pararme y puedo llegar a la curva que gira a la derecha cuya pendiente se hace más suave. A partir de aquí todo subir y subir, para hartarse. Las cuestas duras están asfaltadas (cementadas mejor dicho) y las de menos dureza con gravilla, pero el camino es bastante bueno, sin baches ni otros accidentes físicos.
Esto es bueno saberlo, cuando vemos cemento quiere decir que lo que viene es duro, que la cuesta se empina.
Pasamos por el merendero donde supongo comeremos y el paisaje es precioso. Todo por donde se pasa es hermoso, naturaleza y verdor. El tiempo nos acompaña. La temperatura es de una media de 25 grados que se agradecen. Hay un lugar en la mitad del recorrido en el que empezamos a tener vistas del valle serrano, sin palabras, espectacular, para disfrutarlo mientras pedaleas. Creo que mitiga el sufrimiento.
Por no llevar el kilometraje recorrido no supe discernir donde me encontraba cuando me topé con una bifurcación, así que paré y esperé a Rigui y Cani, para que el primero me indicase. Llegaron en apenas 3-4 minutos y me dieron la mala noticia, hay que torcer a la izquierda y quedan CUATRO kilómetros, advirtiéndome Rigui que queda lo peor: una rampa del ¡35%!.
Al poco la vimos y justo antes de comenzar a escalarla nos sorprende el Vicepresidente Omio, Antonio “Notaría” quien junto con Joselito “Quinta” han venido algo más tarde para hacer solo la subida al Mogote.
Antonio viene fuerte y sube la cuesta, le sigo hasta donde puedo y la completo, (a mí me resultó peor la primera) así que algo exhausto seguí hasta llegar al mirador que corona la puñetera montaña de Mil y pico de metros de altitud.
Una vez en la cima la vista es IMPRESIONANTE, se ve el pantano de Zahara, la dicha localidad, y varios pueblos alrededor, distinguiéndose por su blancura entre la sierra y estando en el límite de las provincias de Cádiz, Málaga y Sevilla.
No tomé nota de los kilómetros subidos, pero si del tiempo: alrededor de 1 hora y cuarto de verdadero sufrimiento convertidos en satisfacción por haberla completado.
Arriba una vez todos llegados nos echamos la típica foto, descansamos un momento y para atrás. La bajada es peligrosa por las lo pronunciado que resulta y también por el quizás demasiado tráfico que subía con los parapentes y alasdelta, hace que haya que ser más precavidos.
Nos despedimos de Antonio y Josélito y continuamos subiendo para el pueblo de La Muela dirección a Coripe, donde he aquí nuevamente la sorpresa de un cuestón interminable en la que los “amigos” muy DESOS Rigui y Tallo, nos tenían preparados, eso no estaba en mis cálculos después de la paliza del Mogote.
Una vez subida con enorme sufrimiento todo es bajar hasta la llegada al punto de partida la Estación de Caripe, por una carretera asfaltada y estrechita de muchas curvas que bajaba constantemente. Esta carretera se desvía poco antes y llega hasta el Chaparro de la Vega, que es un lugar seguro al que visitar en una próxima aventura.
En definitiva una ruta para repetir, altamente recomendable para los amantes de los paisajes bellos, la naturaleza y el deporte extremo.
Agradezco mucho a los veteranos Omios: Rigui y Tallo por enseñarnos esta ruta, y poder decir aunque me resulte fastidioso a mis 43 añitos, lo que me he estado perdiendo.
El próximo viernes, si Dios quiere, nos daremos una cita para subir nuevamente el coloso, yo estoy deseándolo, cosa de masocas (o de las endorfinas) así que al lío. ¡YO SIGO!

Pd. Aquí podéis ver los tracks de ambas actividades. La de btt se me paró el gps y no me grabó la ruta desde el mogote hasta la Estación de Coripe.

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