En el término
medio está la virtud, dice el refrán, pues entonces yo solo tengo defectos, lo
contrario a virtud y es que este fin de semana ha sido de lo más extremo.
Gracias a Dios que sólo en el ámbito deportivo.
Comenzó mi fin
de semana de acción en la tarde del sábado en la localidad de El Saucejo,
acompañado de mi amigo López, (que si aprieta se va a hacer un buen duatleta), y de un grupo de cinco
amigos más, (algunos de ellos familiares como mis primos Jesús Benítez “Chendo”
y Jesús Bonilla “Lopa”), pertenecientes al que será nuevo club de atletismo
“Vasos Largos” que están organizando en mi pueblo de El Viso del Alcor.
Celebrábase la
6ª Carrera Popular de esa localidad serrana que fue, puedo decirlo con
rotundidad, la más dura que he realizado hasta el momento, con una calle cuesta
arriba interminable que hubo que subirla tres veces debido a que el recorrido
se hizo en un circuito de tres vueltas por la localidad de 2,6 km cada una,
siendo en subida 1,5 km y el resto en bajada, la elevación según runtastic fue
de 134 metros. Pude terminarla con muchísima fatiga en 45 minutos.
La carrera a
pesar de que tuvo escasa participación: 110 corredores, estuvo bien organizada
y fue bonita, no hubo mucha animación en las calles, pero si bastante donde
estaba ubicada la meta, la plaza del Ayuntamiento. Nos dieron una camiseta
técnica azul celeste de buena calidad, a cambio de 3 euros por la inscripción.
Se completó mi
fin de semana con la subida al “Mogote” en la Sierra de Líjar en la mañana del
domingo, festividad de Nuestra Señora del Rosario, 7 de octubre.
Desde que
pertenezco al Club BTT LOS OMIOS he pensado en hacer esta actividad y visto lo
que me pasó en la subida al Boyar, donde pagué con demasiado tiempo de más por
el desconocimiento del recorrido, fue por lo tanto mi intención no volver a
pagar novatada en el día del club, es decir el próximo viernes día 12, e ir
sabiendo a que me enfrentaba en persona.
Mucho había
oído hablar de ésta, para los Omios, “mítica” escalada y nuevamente y a pesar
de que todo lo que me habían contado puedo ratificarlo, hasta que no se ve uno
en el tajo, no es entendible.
Así fue como
preparamos la salida durante la semana pasada un grupo de Omios que nos dimos
cita a las 7 y cuarto de la mañana en el parque para partir a la localidad de
Coripe. Rigui, Tallo, Mario, Cani y un servidor nos poníamos en marcha para
acometer no solo la subida, sino practicar una ruta de algo más de 50 km por la
vía verde de la sierra, la de los túneles, que me dejó impresionado por la
belleza de ese lugar.
En llegados a
la antigua Estación de Coripe, con el aparcamiento para todos nosotros nos
preparamos, viendo como empezaban a llegar coches de un club de btt de Osuna
que iban a realizar la misma ruta que nosotros.
Ya montados en
las bicis sobre las 9 y cuarto de la mañana partíamos con algo de frío en el
cuerpo, por la vía verde y llegados la estación de Navalagrulla nos
incorporamos a la carretera de La Muela buscando el Mogote. Aquí coincidimos
precisamente con componentes del club btt “Navalagrulla” de Olvera, que nos
acompañaron hasta poco antes del Mogote.
Nada más
entrar en el camino que sale a la izquierda para la mole de piedra, ya se ve la
cuesta, la pared, a la que nos enfrentamos. Plato pequeño y piñón grande y para
arriba. Rápidamente se despega Mario (intratable), seguido de Tallo, que a sus
52 años está en un estado de forma excepcional.
Yo empiezo a
sudar y acompaño a Rigui y a Álvaro “Cani” en las primeras curvas, hasta que me
despego algo porque creo que puedo ir más rápido. Se pone menos empinada la
cuesta y respiro algo, pero, ¡madre mía lo que ven mis ojos! una rampa, que es
la “repanocha” por no decir otro adjetivo, empiezo a subir, con miedo a que se
me empine la bici, y bajo el ritmo de la cadencia porque no veo el final de la
rampa y con las pulsaciones elevadas solo pienso en poner pie en tierra. Al
final entre “terribles sufrimientos” logro terminarla sin pararme y puedo
llegar a la curva que gira a la derecha cuya pendiente se hace más suave. A
partir de aquí todo subir y subir, para hartarse. Las cuestas duras están
asfaltadas (cementadas mejor dicho) y las de menos dureza con gravilla, pero el
camino es bastante bueno, sin baches ni otros accidentes físicos.
Esto es bueno
saberlo, cuando vemos cemento quiere decir que lo que viene es duro, que la
cuesta se empina.
Pasamos por el
merendero donde supongo comeremos y el paisaje es precioso. Todo por donde se
pasa es hermoso, naturaleza y verdor. El tiempo nos acompaña. La temperatura es
de una media de 25 grados que se agradecen. Hay un lugar en la mitad del
recorrido en el que empezamos a tener vistas del valle serrano, sin palabras,
espectacular, para disfrutarlo mientras pedaleas. Creo que mitiga el
sufrimiento.
Por no llevar
el kilometraje recorrido no supe discernir donde me encontraba cuando me topé
con una bifurcación, así que paré y esperé a Rigui y Cani, para que el primero
me indicase. Llegaron en apenas 3-4 minutos y me dieron la mala noticia, hay
que torcer a la izquierda y quedan CUATRO kilómetros, advirtiéndome Rigui que
queda lo peor: una rampa del ¡35%!.
Al poco la
vimos y justo antes de comenzar a escalarla nos sorprende el Vicepresidente
Omio, Antonio “Notaría” quien junto con Joselito “Quinta” han venido algo más
tarde para hacer solo la subida al Mogote.
Antonio viene
fuerte y sube la cuesta, le sigo hasta donde puedo y la completo, (a mí me
resultó peor la primera) así que algo exhausto seguí hasta llegar al mirador
que corona la puñetera montaña de Mil y pico de metros de altitud.
Una vez en la
cima la vista es IMPRESIONANTE, se ve el pantano de Zahara, la dicha localidad,
y varios pueblos alrededor, distinguiéndose por su blancura entre la sierra y
estando en el límite de las provincias de Cádiz, Málaga y Sevilla.
No tomé nota
de los kilómetros subidos, pero si del tiempo: alrededor de 1 hora y cuarto de
verdadero sufrimiento convertidos en satisfacción por haberla completado.
Arriba una vez
todos llegados nos echamos la típica foto, descansamos un momento y para atrás.
La bajada es peligrosa por las lo pronunciado que resulta y también por el
quizás demasiado tráfico que subía con los parapentes y alasdelta, hace que
haya que ser más precavidos.
Nos despedimos
de Antonio y Josélito y continuamos subiendo para el pueblo de La Muela
dirección a Coripe, donde he aquí nuevamente la sorpresa de un cuestón
interminable en la que los “amigos” muy DESOS Rigui y Tallo, nos tenían
preparados, eso no estaba en mis cálculos después de la paliza del Mogote.
Una vez subida
con enorme sufrimiento todo es bajar hasta la llegada al punto de partida la
Estación de Caripe, por una carretera asfaltada y estrechita de muchas curvas
que bajaba constantemente. Esta carretera se desvía poco antes y llega hasta el
Chaparro de la Vega, que es un lugar seguro al que visitar en una próxima aventura.
En definitiva
una ruta para repetir, altamente recomendable para los amantes de los paisajes
bellos, la naturaleza y el deporte extremo.
Agradezco
mucho a los veteranos Omios: Rigui y Tallo por enseñarnos esta ruta, y poder
decir aunque me resulte fastidioso a mis 43 añitos, lo que me he estado
perdiendo.
El próximo viernes, si Dios quiere, nos daremos una
cita para subir nuevamente el coloso, yo estoy deseándolo, cosa de masocas (o
de las endorfinas) así que al lío. ¡YO SIGO!
Pd. Aquí podéis ver los tracks de ambas actividades.
La de btt se me paró el gps y no me grabó la ruta desde el mogote hasta la
Estación de Coripe.
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