Vaya comedero de cabeza, puñetero fin de semana, que no he podido ni dormir.
Se que las fechas son cortas, que las circunstancias personales no son las propicias.
Pero, ¿cómo dejar pasar este tren después de haberlo esperado tanto en mi estación de las ilusiones?
¿Cómo le voy decir a mi pueblo, a mi Viso, que no?
En fin, me encomiendo a la Santa Cruz del Señor de El Viso para que me de fortaleza, entereza e inspiración, pero sobre todo que me sirva para realizar un homenaje a quien me dio la vida y me enseño a amar y disfrutar esos cinco días cada año.
Irá por ti papá.
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