miércoles, 15 de abril de 2009

Trigésimatercera Estación "El que tira el penalti es el que lo falla"


Llevo unos días sin ganas de escribir nada, la verdad es que llevo unos días sin ganas de nada. Que el Viernes Santo amaneciese tan desagradable era algo que sinceramente no entraba en los planes de nadie. Nos pilló de sorpresa, puñetera primavera que tiene estas cosas y que tantos disgustos nos da a los cofrades.

No fue una decisión acertada puesto que no acertamos, ya que apenas fueron unas gotas las que cayeron en las dos primeras horas de la mañana. El resto de la mañana entre nubes y claros, ventolera de aire frío, día bastante desagradable en general.

La Estación de Penitencia podría haberse realizado, nos equivocamos, no así en cuanto a la decisión que tomamos, responsable y consecuente.

Dije al principio de suceder esto que sencillamente tuvimos miedo. El tiempo, las nubes, el aire, nos acojonó. Ahora digo que fuimos valientes, lo cobarde habría sido poner en peligro la integridad de los hermanos y el del valiosisímo patrimonio de la Hermandad.

Si es verdad que no me esperaba la repercusión de "dejar" a El Viso sin su Viernes Santo. Ultimamente estamos siendo objeto de críticas, algunas bastante hirientes y esto jode todavía más cuando a los que más nos ha dolido el no salir es a nosotros, los que vivimos la Hermandad día a día.

Siento muy mucho la repercusión a los hosteleros, pero ¿si nos hubiese caído un chaparrón gordo de agua, los hosteleros habrían costeado la reparación de los daños que por cierto hubiese sido muy alto? más bien no, otra vez seríamos los hermanos los que con nuestro esfuerzo y sudor habríamos tenido que apechugar con un más que previsible desastre.

De todas formas fue bonito ver el Viernes Santo el montón de gente que vino a visitarnos y a solidarizarse con nosotros.

Sobre todo especial fue la entrada de nuestra banda con la mayoría de los chicos y chicas envueltos en mar de lágrimas.

Algunos tuvieron que esperar unos minutos en la abarrotada puerta a que se desalojase un poco el convento. El Domingo de Resurrección estuvimos trabajando para dejar el convento preparado para la Misa. ¿Dónde estaban aquellos que aporreaban la puerta y no tuvieron la paciencia de esperar unos minutos?

Después de cargar con el paso para llevarlo a la cochera y de meter todas las bancas dentro del convento mis brazos tendrían algunos centímetros de más. ¿Dónde estaban los criticones y criticonas?.

¡Viva Nuestro Padre Jesús!

1 comentario:

Anónimo dijo...

En algunas ocasiones, como ocurre con Nuestro Padre Jesús (eso del señor del Viso suena a mímesis al Gran Poder), ciertas imágnes dejan de pertenecer a las hermandades para formar parte del patrimonio local. Desde este punto de vista cada uno tiene su papel: los hermanos se vuelcan en organizar la procesión y el resto aguardamos con respeto el paso de la misma. De entre todos, seamos o no hermanos, unos aprueban las decisiones y otros no.
De entre los hermanos, unos colaboran en montar y desmontar todo y otros no.
Y es más, de entre los hermanos que colaboran, unos se irritarían y otros no.
En deinitiva es un sentimiento que nos asalta. Eso sí, hemos de saber controlarlo.