sábado, 13 de diciembre de 2008

Decimosexta Estación: costalerito del alcor

Ayer en la casa de hermandad de los Dolores pude participar de la charla coloquio de tres capataces de la madrugá sevillana: Antonio Santiago, Juan Manuel Cantero (Esperanza de Triana) y Juan Manuel Martín (los Gitanos).
Felicitar desde este humilde blog al hermano mayor doloroso: Manolo García, por haber reunido ese fenomenal elenco.
El único "pero" que yo pondría es que le faltó un poco de "salsa", el debate fue demasiado "correcto", se podría haber entrado en materias más espinosas, algo más de mordiente.
Tuvo razón Lito cuando les dijo que eran grandes capataces porque los tres pensaban lo mismo.
Yo les hice un comentario acerca de la falta de costaleros que sufrimos fuera de Sevilla capital y del poder de convocatoria que ellos como capataces de la madrugá sevillana tienen fuera y dentro de Sevilla. Antonio Santiago nos pidió que reflexionásemos y que nos preguntásemos internamente porqué pasaba esto, la falta de afición costalera, indicándonos que él contaba entre la gente que el dirige (“su gente” por más que no quiso decir esa aseveración) a costaleros de nuestro pueblo.
Yo que he sido costalero unos cuantos de años en Sevilla, entiendo a aquellos que quieren vivir de la experiencia que supone pisar suelo sevillano bajo un paso. Nunca negaré la belleza que supone cualquier día de la Semana Santa pasear vestido de costalero por las calles más semanasanteras del mundo, lo que pasa sencillamente es que ahora que ya lo he vivido, sentido y sufrido, me he hecho mi propia escala de valores y pongo en esa escala lo que de mayor a menor importancia tiene para mí el mundo costaleril. Y para mí sin duda alguna lo más importante, lo más imprescindible ha de ser la devoción y la comprensión de los que cargas, de lo que llevas encima del paso y por ende de tus espaldas.
Y pensando en esta escala de valores solo encuentro un referente, el más alto, lo de más valor que no es otro que mi Nazareno del Convento.
Mira que me gusta el Señor de Sevilla: Jesús del Gran Poder, pues: ¡Nunca cambiaría sacar a mi Jesús Nazareno de mi Viso por la trabajadera del paso de Ruiz de Gijón!
Claro esta reflexión la hago ahora, pasado el tiempo, con alguna experiencia vivida y con una fe y devoción arraigada mucho más allá de lo mediático que pueda suponer el "chovinismo" sevillano, al que tanto nuevo costalerito del alcor ha sucumbido.
Es verdad que la gente se va a Sevilla a aprender, es también verdad que en nuestro pueblo hay más de un capataz falto de vocación y alguno que otro que hasta sin afición, pero lo que remata la cuestión y lo que lo agrava es que encima de la "fuga" de costaleros a la capital, estos vengan con la campanita diciendo que lo que hay en nuestro pueblo no vale para nada, desprestigiando no solo su Semana Santa y a sus Hermandades, sino hasta las sagradas imágenes que tanta devoción provoca en los visueños, devociones de siglos, forjadas a base de amor y cariño por las tradiciones y por el terruño que a diario pisas.
¡Eso si que fastidia!. Alguno de estos costaleritos del alcor, (mano de obra gratuita para los capataces y las cofradías de Sevilla) no conocen la Semana Santa en su pueblo, no la sienten y si les pilla acabado levantar, no es para otra cosa que criticarla, en una crítica sin sentido y nada constructiva.
Cuando pasen los años y el costalerito del alcor ya no pueda ponerse el costal de colorines, se vendrá para El Viso con la sensación de lo que ganó, pero también de lo mucho que se perdió y con este camino que llevamos a lo peor verán en El Viso una Semana Santa de pasos con ruedas, fruto del desprestigio y de la destrucción a la que están llevando nuestra Semana Santa.
Ruego a Dios que no sea así.

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