miércoles, 31 de diciembre de 2008

Vigésima Estación: No me lo quiero creer

El próximo domingo día 4 de enero del nuevo año, mi Sevilla de mi alma, se enfrentará a un equipo: el Osasuna de Pamplona en partido liguero. Desde hace algún tiempo y por varios motivos, posiblemente sin querer que así sea, sino más bien casualidades del destino, se ha convertido en un rival, en un enemigo, cuya enemistad ha trascendido a los propios aficionados.
El año pasado al entrenador de entonces del equipo "rojillo" se le acusó de haber proferido graves palabras infames en contra de mi Sevilla. Cuestionado el Director deportivo de la entidad: Monchi, dijo que "no quería creer que el Cuco Ziganda hubiese pronunciado esas palabras" que fueron desmentidas por el propio entrenador con la amenaza de llevar a los juzgados al locutor de SFC Radio que dijo haberlas escuchado. La verdad es que no tengo noticias de que esa amenaza llegase a cuajar, no he tenido constancia de que el Cuco se haya querellado contra el locutor. Deja que pensar.
Quiero aprovechar este recuerdo para llevarlo a mi terreno y expresarme de esa misma forma que Monchi: "No me lo quiero creer" que el comentario recibido en mi blog el 27 de diciembre y firmado con el nombre que lo firma sea la persona que creo que es. No me lo quiero creer porque con esa persona apenas habré cruzado alguna palabra de hola, adiós, porque no tengo nada que ver con él, nada en absoluto, más que una indiferencia total. Me importa un bledo como piense o deje de pensar, lo que haga o deje de hacer. Quienes sean sus amigos o sus familiares, lo que mande o deje de mandar. No me quiero creer tampoco que sea tan cobarde que para decirme eso haya tenido que manchar con sus sucias palabras mi blog. Además debería de saber que lo que yo haya podido pensar sobre él o comentar en mi círculo más privado, ha estado promovido por sus propias acciones, libremente criticado no por ser quien es sino por lo que intentó hacer. De todas formas es tal la ignorancia que tengo de él que prácticamente me la suda, no sabe él de que manera.
Precisamente porque no me lo quiero creer es por lo que ni me dirigiré hacia esta persona para preguntarle, ni tan siquiera por una cuestión de curiosidad. A parte de que no tengo ninguna prueba fiable y factible de que haya sido la persona que escribió el comentario.
He borrado parte del post que escribí criticando al actual párroco, entre otras cosas porque con los comentarios que recibía estaba llevando a la polémica y me lo he pensado mejor, no quiero buscarme enemigos innecesariamente ni líos que me perjudiquen a mí o a mi círculo más cercano y menos para que sea soporte de algún imbécil tocapelotas malperdedor y ruin que se aproveche de mi blog para intentar insultarme.
Y no me quiero creer que esta obsesión por los traseros no sea provocado por otra cuestión, de la que me reservo particularmente, así que le digo que de culo a culo: una mierda para el que escribió el comentario.
También tengo entendido que el círculo que rodea a este indiferente enemigo mío, me han puesto un mote. Seguramente que ese círculo sabe el mote que tiene, creo que bastante peor y malo que el que me han puesto a mi. El que me han puesto a mi hasta me honra.
Así que le quede muy claro a la persona que escribió el comentario del día 27, de la indiferencia que me provoca, pero sobre todo de lo que a chorros me la suda.
A parte de esto Feliz Año nuevo a todos.

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